24 de julio de 2013

KAMASUTRA



Os presento algunas de las posturas más conocidas:

Misionero: postura cómoda, ella recostada y él encima permite una penetración profunda.

Sometido: él estirado boca arriba y ella encima de espaldas con las piernas dobladas. La mujer tiene la situación bajo control. Con la cadera se indica el ritmo y es fuente de mayor placer para él.

Atrapado: él estirado boca arriba y ella encima de cara, con sus piernas estiradas hacia adelante una a cada lado, algo dobladas. Aquí ella sigue teniendo el poder, ella lo envuelve. A él le produce satisfacción la dominación y se centra prioritariamente en la penetración.

 La hamaca: él sentado y ella encima de cara a él. En esta postura se puede aumentar la excitación, ya que al estar de frente, quedan los pechos a la altura de la vista del hombre.

Medusa: él se pone de cuclillas y ella se sienta encima apoyando la planta de los pies al suelo. Favorece el contacto con la mirada y ternura durante la penetración, pueden abrazarse y besarse.
Amazona: el hombre estirado, con las rodillas flexionadas. Ella sentada encima es la que va marcando el ritmo y se pueden intercambiar las miradas.

Fusión: él se sienta con las piernas ligeramente flexionadas y abiertas. Ella se sienta de frente, abriendo las piernas un poco y flexionadas por encima de sus piernas. Se miran cara a cara. Los dos se unen mediante la penetración. Esta postura permite una mayor compenetración y profundidad, favoreciendo la estimulación del clítoris. Los dos están en igualdad de condiciones.

Libélula: ella de costado y él recostado por detrás. Se levanta una de las piernas de ella que pasa por encima de la del hombre. Para esta postura se requiere de cierta flexibilidad. Él marca el ritmo y una mano queda libre, la cual puede acariciar su cuerpo entero y su clítoris para aumentar su satisfacción.

La carretilla: la mujer estirada boca abajo, apoyada por ejemplo, encima de la cama. Él sujeta sus piernas en el aire, facilitando la penetración. El hombre lleva el ritmo y esta postura permite variedad de movimientos, alcanzando el orgasmo de un modo distinto.

La tijera: él boca arriba estirado y ella boca abajo de cara a sus pies, estirada encima suyo. Aquí la penetración es lenta, rozando el clítoris. El ritmo es compartido y a ella le produce mucho placer, igual que a él le quedan libres sus manos.

Sorpresa: el hombre de pie, por detrás de la mujer, cogiéndole por la cintura se inicia la penetración. El cuerpo de ella está inclinado de cintura para abajo apoyando las manos al suelo. Al sorprender a la mujer suele aumentar la excitación, y el hombre tiene perspectiva a varias zonas de la mujer. Aumentando su campo visual y su excitación. El control lo tiene él.

Profunda: ella recostada boca arriba con las piernas abiertas hacia arriba. Él encima con las piernas estiradas hacia atrás inicia la penetración. Permite alcanzar mucho placer, y están de cara a cara. Se puede empezar con juegos preliminares.

Butaca: él recostado en un cojín y con las piernas ligeramente dobladas y abiertas. Ella se sienta encima de él, con las piernas abiertas y las rodillas apoyadas en sus hombros. Se miran cara a cara, aunque no se pueden besar por la postura, a él le quedan las manos libres para ayudarla a marcar el ritmo o estimularla.

Catapulta: ella recostada boca arriba con su cabeza en un cojín. Dobla las rodillas sobre su pecho. Él con las piernas dobladas, rodillas apoyadas y manos en sus caderas. Al acomodarse ella apoya sus pies en el pecho de él. Fácil acceso al clítoris y se puede observar durante la penetración.

Tornillo: en un colchón colocado en el suelo o en una cama baja. Ella boca arriba con las piernas ladeadas completamente hacia un lado. Él se arrodilla y la penetración es suave y profunda. Teniendo acceso a los pechos de ella.

Espejo de placer: ella recostada boca arriba con las piernas levantadas y estiradas. Él le sujeta las piernas con una mano. Se inclina para iniciar la penetración, permitiendo esta posición variar el sentido y la intensidad de la misma. Aquí no disponen ninguno de los dos de las manos, se mira pero no se toca! De ahí que se llame espejo, sólo se mira y este hecho favorece que se aumente el deseo.

Trapecio: él sentado al borde de la cama, ella se sienta encima con las rodillas dobladas. Se inicia la penetración, entonces se cogen de las muñecas y ella se deja caer hacia atrás, dejando medio cuerpo boca abajo. Aumenta la excitación en ella, ya que no tiene el control y se tienen nuevas sensaciones.

Arco: la mujer recostada boca arriba, con las rodillas dobladas y la planta de los pies apoyados, elevando la cadera. Sus piernas abiertas, él con las rodillas apoyadas, se adelanta para la penetración. Esta postura favorece el roce con el clítoris y su estimulación. Él puede ir descendiendo de manera que sus cuerpos se junten aumentando la excitación.

Aspas de molino: la mujer boca arriba, él se estira encima de cara contraria a ella. Ella entrelaza sus piernas por encima de su espalda, él las deja al lado de su cuerpo y cara. La mujer es la única que puede acariciar, no se ven las caras, lo cual introduce un elemento nuevo de diversión.

Furor salvaje o " a cuatro patas": ella arrodillada apoyando las manos y mirando hacia abajo. Él arrodillado por detrás procede a la penetración. Él con las manos libres puede estimular diferentes partes de su cuerpo, proporcionándole mayor placer y excitación.

Doma: él se sienta en una silla con las piernas ligeramente abiertas, ella se sienta encima de cara iniciando la penetración. Ella marca el ritmo y lo domina a él. Aquí pueden estimular otras partes de su cuerpo y realizar otro tipo de juegos para aumentar la sensación de placer.

Estas son algunas de las posturas del kamasutra, aunque existen más y variedad de ellas. Por lo tanto, si seguís teniendo curiosidad, os recomiendo el siguiente libro:
- Gallotti, A. ( 2011). El nuevo Kamasutra ilustrado. Colección Booket.
Os permitirá seguir explorando vuestra satisfacción sexual.

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